diumenge, 14 d’octubre del 2012

Where is the limit?

 
 
CAPÍTULO III DEL INFORME DE LA USADA SOBRE EL NORTEAMERICANO
  • Lance Armstrong imponía su metodología a los compañeros y quien no la siguiera era amenazado con no seguir en el equipo.

[foto de la noticia]
 
Desde la irrupción de Lance Armstrong en la esfera internacional como un campeón, mucho se ha escrito de lo metódico que era el tejano en su sistema de trabajo, de cómo mimaba hasta el más mínimo detalle y cómo controlaba todo lo que rodeaba a él y a su equipo. En el amplio informe de la Usada razonando la suspensión de Lance Armstrong se revelan algunos aspectos que muestran la férrea autoridad que imponía Armstrong y que sus compañeros de equipo estaban obligados a seguir, siempre atendiendo a las declaraciones de los testigos.
Una selección minuciosa junto a Bruyneel
Cuando el US Postal llamaba a la puerta de un corredor para formar parte del bloque estadounidense era un privilegio que casi nadie podía rechazar. Compartir equipo junto a Lance Armstrong era como que te tocase la lotería, deportivamente hablando. Sin embargo, muy pocos eran los elegidos.
La selección de los compañeros de equipo la realizaban el propio Armstrong y Johan Bruyneel tras varios meses de estudio, así lo relata Landis tras revelar una conversación privada con Armstrong en la que éste le confesaba el porqué le habían fichado.
El doctor Ferrari da un paso atrás por precaución
La presión pública sobre el doctor Ferrari a principios de 2002 comienza a inquietar a Armstrong, un fanático del hermetismo, y tras conquistar el Tour de Francia de ese año -el cuarto de su carrera- pide al galeno italiano que públicamente borre toda relación con él y con el equipo US Postal.
Sin embargo, en el dossier de la Usada se citan pagos anuales de Armstrong a Ferrari que se van incrementando con el paso de los años, lo que según la agencia estadounidense es "una muestra manifiesta de la relación existente entre ambos".
Toque de atención de Vande Velde por bajo rendimiento
Final de julio de 2002, el Tour estaba recién finalizado y Armstrong sumaba cuatro triunfos consecutivos. Sin embargo, no todo eran alegrías en el US Postal. El rendimiento de algunos gregarios había sido más que discreto, entre ellos Christian Vande Velde. En su declaración jurada el ahora ciclista del Garmin reconoce que fue citado por Armstrong y Ferrari a una reunión en el apartamento del tejano.
"Me pidieron explicaciones de porqué no había seguido el plan que me había preparado el doctor", cuenta. "Si quieres seguir en el equipo tienes que seguir al pie de la letra lo que te pide el médico", fueron las órdenes de Lance a Vande Velde, que hizo caso, mejoró su rendimiento y continuó en el equipo.
'Juego' de habitaciones en el apartamento de Girona
El apartamento de Girona que compró Armstrong en 2001 se convirtió en centro de operaciones de muchas actividades del corredor de Austin. Pero la relación de Armstrong con sus gregarios era tal que cuando él no podía hacer uso del mismo recurría a las casas de sus compañeros, como por ejemplo de Hincapie -una planta por encima de su casa-.
Así lo cuenta el propio ciclista neoyorquino y Floyd Landis, quienes revelan que "poco antes del Tour 2003, Lance tenía invitados en casa y le pidió a Hincapie que le dejara su habitación por una hora. Junto al doctor del Moral se encerraron en la habitación, pidieron una percha de ropa y permanecieron 45 minutos dentro". Posteriormente, cuando en 2005 Lance conquista su séptimo Tour de Francia, Bruyneel pidió a Hincapie que pasara por el apartamento del texano y se asegurara de borrar todo rastro de sustancias dopantes en la casa de Armstrong.
Tenencia y distribución de sustancias prohibidas
Otro de los cargos que la Usada le imputa a Lance Armstrong es la tenencia y distribución de sustancias dopantes. Una acusación que se le atribuye por confesiones como la que realiza Floyd Landis referente al año 2003.
"Hablé con Bruyneel para correr la Vuelta de ese año, que en principio no estaba en mi calendario. Entonces me mandó a Valencia para que el doctor Del Moral me realizara una autotransfusión. Después, me dirigí a Girona, donde me encontré con Armstrong y su familia. Lance me dio una caja con seis jeringuillas de Epo de la marca Eprex. Era habitual que después de las transfusiones también recurriéramos a la Epo", refleja la declaración jurada del menonita. Unos hechos que demuestra que Armstrong no sólo poseía sustancias prohibidas sino que las distribuía.

algu recorda les declaracions del corredor del Kelme  Jesus Manzano, molts el varen tractar de boig mental....

Miércoles, 24 de Marzo de 2004 Actualizado a las 22:20
RELATO ESTREMECEDOR EN EL 'AS'Manzano descubre sus métodos de dopaje en el Kelme ELMUNDODEPORTE
Manzano muestra cómo utiliza las jeringuillas./AS.COM
MADRID.- Una relato en primera persona de Jesús Manzano al diario AS pone al descubierto la realidad del dopaje en el ciclismo. Corredor del Kelme desde el año 2000, Manzano denuncia el sistemático uso de transfusiones de sangre, el recurso a medicamentos ilegales en su equipo y da a entender que se trata de una práctica extendida en el pelotón internacional.Nacido en el pueblo madrileño de Zarzalejos (1978), Manzano tiene una rodilla maltrecha y ya piensa en la retirada. Asegura que todo esto lo hace por venganza y no por el dinero que según él le debe Kelme. Sin dar nombres de los doctores que le atendían ni de los compañeros que seguían sus consejos, los dos primeros capítulos en la historia de Manzano se ciñen al Tour de Francia y a una transfusión recibida en Valencia. Manzano debutaba este julio en el Tour y una de las claves de la 'preparación' fueron las autotransfusiones de sangre. Dos meses antes de la carrera francesa, el equipo Kelme marchó a Valencia para que "me extrajeran en una consulta un litro de sangre en dos bolsas de medio litro". Una bolsa con sangre contaminada con productos dopantes se utilizaría nada más empezar el Tour y otra cuando ya hubiera avanzado la carrera. "Cuando ya tengas un bajón, te lo vuelven a meter". Así llegó la etapa séptima, la primera de montaña y antes de salir Manzano habló por teléfono con su novia. "Marina, prepárate, que según tengo entendido hoy voy a andar bien". Los planes del equipo señalaban esa fecha como la de máximo rendimiento de su ciclista novel. Por sus venas corría sangre con el hematocrito elevado y para inhibir los efectos, se le suministró "una sustancia nueva, que se mete en vena y lo único que hace es que tú tienes el hematocrito bajo, pero la hemoglobina alta". Con este optimismo, decidió atacar antes del primer puerto, el Col de Portes en el kilómetro 50. Se fue con Richard Virenque, el francés que ganaría horas después la etapa. Pero el madrileño no terminaría yendo muy lejos. "A los tres kilómetros empiezo a tener sensaciones de mareo, con mucho calor, y sudores muy fríos, contrastes de calor y frío, pero, sobre todo mucho frío". Hasta que desfalleció sobre la bici y terminó en el hospital de Morzine. Volvió deprimido a casa planteándose su futuro en el ciclismo y despotricando contra los doctores. "Hay que tener responsabilidad, que son vidas humanas, no somos cobayas, ni conejos de indias. Diez días más tarde, todavía con el Tour en marcha arranca el segundo capítulo negro en la historia de Manzano. Transfusión en Valencia Las palabras de Manzano son suficientemente explícitas. "Fue el 25 de julio, creo. Me llama el jefe médico y me dice que tengo que bajar a Valencia a por la bolsa de sangre que quedaba. Bajé porque si no lo hago, te dicen que eres indisciplinado por no hacer caso al médico del equipo". "Cuando llevaba 125 ml de la sangre, me empiezo a encontrar muy, muy, muy, muy mal. Con escalofríos, con tiritera (...). ¡Si me meten medio litro vuelvo en una caja de pino! Manzano asegura que la sangre utilizada no llevaba identificación alguna. "Allí no ponía Manzano en ningún lado, ni pruebas cruzadas ni pruebas de nada. Podía ser la sangre de Pepito Flores". A ese descontrol achaca sus males. Cogió un taxi y un tren a Madrid y fue ingresado en una clínica. Tras unas horas donde apenas podía moverse ni hablar, recibió una llamada del director del Kelme. "Me dijo que no se lo contara a nadie del equipo. ¿Cómo no lo iba a contar a nadie del equipo?, ¿para qué, para que le pudiera pasar lo mismo a otro?"