Fernando Alonso y Basque Cycling Pro Team (BCPT), la sociedad dueña de la licencia del Euskaltel, han roto las negociaciones para la adquisición del equipo por parte del piloto asturiano.
En el entorno del piloto de Ferrari lo dan prácticamente por roto, mientras que en el ámbito ciclista reconocen “serias dificultades”, pero aún ven la posibilidad de una solución.
Los motivos de la ruptura son las diferentes peticiones del Euskaltel durante las negociaciones. El conjunto vasco pretende que Alonso asuma el resto de contratos de los ciclistas, auxiliares y directores, además del proveedor de bicicletas (Orbea) y de equipamiento deportivo (Bioracer). En los planes del asturiano estaba designar a Kiko García, representante de la marca de gafas Oakley, como mánager del nuevo equipo con potestad para construir su propio cuerpo técnico.
Además, el asturiano también pretendía cambiar la sede del equipo y trasladarla del País Vasco a Asturias, hecho al que se oponen incluso los propios ciclistas. También el estado actual de la contabilidad no ha parecido convencer al doble campeón del mundo de Fórmula 1, que se decantaría por realizar una auditoría.
Alonso, que ya tenía incluso cerrado un patrocinador para financiar al equipo durante las próximas cuatro temporadas, apostó firmemente por la adquisición del equipo, pero no contaba con las dificultades que estas negociaciones podrían entrañar y, finalmente, todo parece indicar que el asturiano ha decidido dar un paso atrás.
El piloto asturiano ha preguntado incluso a la Unión Ciclista Internacional (UCI) por la posibilidad de crear un equipo desde cero, si bien en este caso la normativa de esta institución obligaría a empezar fuera del Pro Tour (la máxima división ciclista internacional), lo que no convencería a Alonso.
En el entorno del piloto de Ferrari lo dan prácticamente por roto, mientras que en el ámbito ciclista reconocen “serias dificultades”, pero aún ven la posibilidad de una solución.
Los motivos de la ruptura son las diferentes peticiones del Euskaltel durante las negociaciones. El conjunto vasco pretende que Alonso asuma el resto de contratos de los ciclistas, auxiliares y directores, además del proveedor de bicicletas (Orbea) y de equipamiento deportivo (Bioracer). En los planes del asturiano estaba designar a Kiko García, representante de la marca de gafas Oakley, como mánager del nuevo equipo con potestad para construir su propio cuerpo técnico.
Además, el asturiano también pretendía cambiar la sede del equipo y trasladarla del País Vasco a Asturias, hecho al que se oponen incluso los propios ciclistas. También el estado actual de la contabilidad no ha parecido convencer al doble campeón del mundo de Fórmula 1, que se decantaría por realizar una auditoría.
Alonso, que ya tenía incluso cerrado un patrocinador para financiar al equipo durante las próximas cuatro temporadas, apostó firmemente por la adquisición del equipo, pero no contaba con las dificultades que estas negociaciones podrían entrañar y, finalmente, todo parece indicar que el asturiano ha decidido dar un paso atrás.
El piloto asturiano ha preguntado incluso a la Unión Ciclista Internacional (UCI) por la posibilidad de crear un equipo desde cero, si bien en este caso la normativa de esta institución obligaría a empezar fuera del Pro Tour (la máxima división ciclista internacional), lo que no convencería a Alonso.
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