Avui es compleix 35 anys de la primera medalla olimpica de l´atletisme espanyol,
Tenía que ser la marcha, la especialidad atlética que más éxitos ha dado al atletismo español, la que diera la primera medalla olímpica de nuestra historia. Ocurrió en 1980 en Moscú. Cuando eran las 20.51 del 30 de julio y una temperatura rondando los 30 grados en el Estadio Lenin, el marchador español Jorge Llopart Ribas cruzaba la meta en segunda posición en la prueba de 50 kilómetros marcha. Su tiempo 3h51:25 y por delante solo el alemán oriental Hartwig Gauder. Llopart, con un marchar elegante y fluido llegaba a meta y entraba en la historia olímpica al convertirse en el primer atleta español que lograba este enorme éxito. Para el marchador catalán, que se mantuvo siempre en cabeza y que nunca vio peligrar la medalla, no era nuevo un gran podio; dos años antes, en el Campeonato de Europa de Praga, se había colgado el oro en la misma distancia, abriendo entonces una nueva etapa en la historia del atletismo español y de la marcha española en particular.
Jorge Llopart nació en El Prat de
Llobregat el 5.5.1952 y llegó a ser 45 veces internacional absoluto.
Bajo las ordenes de su entrenador, su padre Moisés Llopart y Aguilera,
disputó tres Juegos Olímpicos: Moscú'80 (2º en 50km); Los Ángeles 84
(7º en 50km) y Seul'88 (13º en 50km). Además acumula tres Campeonatos
del Mundo (1983, 1987 y 1991) y cuatro Campeonatos de Europa (1978,
1982, 1986 y 1990). En total llegó a poseer cuatro récords de España de
50km marcha, siendo una de ellas (3h50.02.8 en Reus en 1979) plusmarca
europea.
Hoy en día, a sus 56 años, continua practicando la marcha y compitiendo con cierta asiduidad en la categoría de veteranos.
Así lo vivió el protagonista
"Hay que reconocer que la gente ha respondido perfectamente a tan magno acontecimiento. Enseguida que se dio la salida el bullicio se convirtió en auténtico estrépito. Los grupitos se formaron inmeditamente y así empezó el largo calvario. Gauder, el alemán oriental que se alzó con la victoria, rápidamente tomó uno de los lugares de preferencia pero yo, a sabiendas de que aun faltaba un largo trecho, no quise aventurarme a forzar mi ritmo. De hecho, uno de los consejos que más me repitió mi padre es que yo fuese siempre a mi carrera. Así lo hice y la verdad es que me dio un gran resultado. Al paso del 20 km. marqué un crono de 1h29:35.0 y a los 30 km de 2h16:23.0. Fue al llegar al límite de los 40 kms, cuando me di cuenta que el alemán me llevaba demasiada ventaja (1'30") y a pesar de que forcé el ritmo al máximo ya no tuve el tiempo necesario de recuperar el trecho perdido. Asi, poco más o menos, fue la prueba."
"Hay que reconocer que la gente ha respondido perfectamente a tan magno acontecimiento. Enseguida que se dio la salida el bullicio se convirtió en auténtico estrépito. Los grupitos se formaron inmeditamente y así empezó el largo calvario. Gauder, el alemán oriental que se alzó con la victoria, rápidamente tomó uno de los lugares de preferencia pero yo, a sabiendas de que aun faltaba un largo trecho, no quise aventurarme a forzar mi ritmo. De hecho, uno de los consejos que más me repitió mi padre es que yo fuese siempre a mi carrera. Así lo hice y la verdad es que me dio un gran resultado. Al paso del 20 km. marqué un crono de 1h29:35.0 y a los 30 km de 2h16:23.0. Fue al llegar al límite de los 40 kms, cuando me di cuenta que el alemán me llevaba demasiada ventaja (1'30") y a pesar de que forcé el ritmo al máximo ya no tuve el tiempo necesario de recuperar el trecho perdido. Asi, poco más o menos, fue la prueba."
Publicado en la revista "Atletas" - Agosto-Septiembre 1980
Article copiat del blog de atletismo
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